martes, abril 25, 2006

3.- Marx Sagan, divulgador científico.

El afamado divulgador científico Marx Sagan se encontraba rodando unos documentales sobre la apasionante civilización pingüinoide que se arregla para sobrevivir sin aire en la corteza de los cometas del PseudoKuiper de la estrella Mira, cuando al ver una gran aguja de hielo sucio que sobresalía, inclinada, unos doscientos metros de la superficie,se le ocurrió remedar en el vacío casi perfecto de aquel ambiente el experimento de Galileo desde la Torre de Pisa.

Así que, subido fácilmente, gracias a la baja gravedad, a la cúspide de dicha aguja, arrojó desde allí al mismo tiempo una cápsula de aire de aluminio y una especie de burbuja de hielo de fina corteza de las que se encontraban muchas esparcidas por la superficie de aquel cometa.

Gracias al vacío y la baja gravedad, ambos objetos recorrieron los doscientos metros de caída exactamente con la misma velocidad y aceleración durante un larguísimo rato que los robots cámara que acompañaban al divulgador filmaron atentamente. El depósito ni siquiera se abolló en el impacto, pero la frágil burbuja de hielo se hizo añicos, liberando un gel espumoso que se sublimó inmediatamente en el vacío.

Al bajar, Marx Sagan fue linchado por una multitud de furiosos pingüinoides, exaltados al ver el inicuo vandalismo con el que era tratado uno de sus huevos por un forastero.

Una regla de oro de los viajeros espaciales: no les toques los huevos a los nativos.

Próximo capítulo.