sábado, abril 29, 2006

9.- Licenciado Don Minervo Chogüí, profesor de lenguas muertas.

El reputado educador guatemalteco Licenciado Minervo Chogüí decidió emigrar del planeta Nueva Acrópolis, donde había desempeñado treinta años de ejemplar labor docente, harto de la creciente falta de respeto que se denotaba en el alumnado, que a él, un hombre severo y henchido de amor por su trabajo, pero tímido y de escasa presencia física, se le hacía muy difícil soportar.

Enterado de la convocatoria de un concurso de méritos para profesores de lenguas muertas, en las especialidades de Esemeese Precataclísmico y Farfulleo Neogalaico, en el Liceo Eta-Kappa-Zeta-Pi-ID-Iota del planeta Curriculoide en la Nebulosa Solidaria, para el que sus
antecedentes se ajustaban a la perfección, se resolvió a solicitar el puesto, que le fue adjudicado por abrumadora superioridad en el baremo.

Había consultado minuciosamente la legislación educativa vigente en el planeta Curriculoide, y aunque después de dos milenios de gobierno progresista, el corpus legislativo era un fárrago confuso y contradictorio de declaraciones de principios inaplicables con una extensión total de doscientos terabytes en texto llano, le había quedado muy claro que, tras siglos de caos, se habían reinstaurado los castigos físicos en el ámbito de la educación, y como prueba de convicción, incluso había descargado un video de la Academia a Distancia Dr. Jones, de Indiana, en el que se enseñaba la nueva asignatura de Manejo de Látigo Largo y Fusta en Corto a los aspirantes a profesor en aquel planeta.

No es que el Licenciado Don Minervo Chogüí fuera muy amigo de métodos tan drásticos: él, con un ocasional tirón de orejas y, como mucho, un palmetazo más sonoro que dañino, se veía perfectamente capaz de infundir a sus educandos el amor por los misterios de las lenguas clásicas, el afán por memorizar las diversas declinaciones del "tq xorba tia wena q t kgas" de las clásicas formas Eseemeseras. Tampoco su madura edad y sus menudas proporciones daban para mucho más.

Desgraciadamente, uno de los principios inspiradores de todo el derecho en la Nebulosa Solidaria es la estricta y absoluta igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanos en absolutamente todo, salvo lo que dispongan las cuotas de discriminación positiva. Mientras el Licenciado Chogüí viajaba por el hiperespacio rumbo a su nuevo puesto de trabajo, el Tribunal Supremo Curriculouide dictaminó que la nueva Ley de Estímulos Físicos Disuasorios En Materia de Educación, recién aprobada, sólo sería constitucional si se concedía derecho a los alumnos para ejercitar el castigo físico sobre los docentes en estricta igualdad de condiciones.

A las pocas horas de estrenarse en el cargo, el desgraciado Licenciado Minervo Chogüí sucumbió a una brutal paliza que le fue propinada por tres alumnos repetidores de Onceno de E.S.O., miembros del equipo de Bloodball, los cuales sólo pretendían corregir la actitud del profesor, por hallarla poco colaborativa.