17.- Finikito de Osaka, renovador del toreo.
Tras largas investigaciones, al fin se ha desvelado el misterio de la desaparición del mítico renovador de la escuela japonesa del toreo, Finikito de Osaka. El célebre escritor y periodista Xoota-Xoota-B-Ntez, autor de best sellers tales como "El Big Bang. Una conspiración al descubierto" y "¿Está vivo Shakespeare?" publica esta semana "Finikito: el fin del mito", un documentado informe en el que responde a todos los enigmas planteados por esta figura legendaria, que al inicio de su carrera tomó un arte prestigioso, pero en vías de desaparición debido al escaso conocimiento público, y lo convirtió en una espantosa horterada, conocida y denostada universalmente.Según este libro, Finikito fue secuestrado inmediatamente después de su última aparición pública, cuando salía a hombros a toda prisa por la puerta de servicio del Hilton Plaza Las Ventas de Trench City (antes Madrid), justo después de su última corrida (y justo después de que su última partenaire de ésta, una tal Samantha Budenbrook, descubriera que la tarjeta de crédito de su cliente estaba hecha con un carnet de biblioteca retocado).
Los complacientes botones de hotel que auparon a Finikito en su última salida a hombros (siempre salía así, si encontraba quien quisiera llevarlo) de los que luego no se encontró ni rastro, resultaron ser miembros disfrazados de ASNNO ("Arca Sí, Noé, NO"), una organización radical pro derechos de los animales, que habían decidido secuestrar a Finikito para darle una lección.
En concreto los miembros del audaz comando eran Locustus Leaper, presidente; Brigitte Fossey Lorentz-Menguele, vicepresidenta; y Ong Gorronoide, tesorero. Con Finikito en la bodega de su nave de ciclo combinado propulsión solar/pedales, atado y amordazado, programaron un rumbo de bajo consumo a Adena-5, planeta en el que, esperaban, se juzgara y castigara de forma ejemplar al torero japonés por sus crímenes contra los animales.
Desgraciadamente, se dieron cuenta de que una nave con ese tipo de propulsión hubiera tardado no menos de ocho siglos en llegar a Adena-5, y aquellos miembros de ASNNO estaban en contra de los métodos estándar de animación suspendida por el tema de los aditivos artificiales. Así que cortaron por lo sano, y enviaron un mensaje a los feroces esclavistas Gargajianos, que por aquellas fechas solicitaban insistentemente prisioneros , o voluntarios, para participar en los Grandes Juegos Zorkonitas, cuyo porcentaje de supervivencia es de un 5% entre los participantes y un 40% entre el público.
El fin que encontró Finikito ya se puede suponer: luchó valientemente hasta el fin, armado sólo de unos espolones de adamantium implantados quirúrgicamente, arrostrando el intenso castigo de perdigonazos y cerbatanas al que lo sometió el público enardecido. Sus tres secuestradores del ASNNO sufrieron la misma suerte, entre airadas protestas y bastantes gritos, víctimas de una excesiva candidez en sus tratos con los Gargajianos e ignorantes hasta que fue demasiado tarde de que el concepto Gargajiano de "voluntario" significa "todo aquel que voluntariamente se expone a cometer el más mínimo error que nos permita atraparlo"
El libro de Xoota-Xoota-B-Ntez expone friamente los hechos, sin entrar en moralejas (excepto las inevitables en la obra de este autor, siempre empeñado en insinuar que es la tercera reencarnación de Cristo). Pero este amistoso crítico literario, su seguro servidor Lemuo Vacuo, no puede evitar exponer sus propias moralejas.
Aunque este crítico no puede considerar nunca el asesinato y la tortura una pena justa y proporcionada, hay una cierta justicia poética, tanto en la suerte de Finikito como en la de sus secuestradores:
a) Finikito consideraba un arte y una actividad legítimas cierto ritual tremendamente complejo de infligir sufrimiento a los animales, y se le demostró que cuando algo es arte y es legítimo, sigue siéndolo no importa el material que se emplee.
b) Los activistas del ASNNO, dispuestos a exponer a Finikito a un destino tan cruel, concedían más importancia a la vida animal que a la humana; por tanto debieran haberse sentido felices de ofrecer sus inútiles vidas humanas por causa tan noble.
c) Los Gargajianos, que consideran a todo el mundo una presa potencial, y los Zorkonianos, que odian a todos los seres vivientes y opinan que un contrato social es el sistema que permite matarse los unos a los otros todo lo que se pueda sin que la especie se extinga y se acabe la diversión, son unos hijos de puta asquerosos que deberían ser exterminados inhumanamente y con dolor, pero por lo menos son coherentes.
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