miércoles, junio 21, 2006

39.- Rociero Forhire, bromista que convirtió el bulo en la Red en una ciencia, con seminarios y todo



 "A la panceta hay que darle un argumento"

(Atribuida a Porki Yolobalgo)


Lo más suave que de Porki Yolobalgo se dijo en toda su carrera de divulgador científico fue que confundía la velocidad con el tocino. Igual entrevistaba al triple ganador y dos veces semifinalista de los Premios Hipernobel que a un brujo de feria. Con los dos gastaba la misma falsa expresión de atención concentrada, de comprensión bien simulada y completamente inexistente. A ambos les hacía las mismas preguntas, de ambos esperaba las mismas respuestas, a ambos sorprendía con las interpretaciones más peregrinas, ambos salían de la entrevista diciendo para sus adentros: "este tío es tonto".

Ni que decir tiene que sus programas y hololibros eran inmensamente populares, y en aquella época en que aún era ilegal que los encuestadores fueran equipados con sprays de pentotal sódico, todo el mundo afirmaba ver su programa cultural y mucha gente compraba sus obras para regalárselas a algún cuñado al que odiaba especialmente y cuyo único hobby era ver los partidos de bloodball por la tele.

Harto de aquel felómeno cultural que comenzaba a adquirir proporciones galácticas, uno de sus más grandes críticos, el bromista de las redes Rociero Forhire, diseñó una página de Teranet que hizo pasar como el sitio oficial de Porki Yolobalgo, en la que se hacía mofa del divismo y la superficialidad de aquel vulgar divulgador, en la que se abordaban en tono de mofa todo tipo de parcelas del saber, siempre de una forma confusa, llena de inexactitudes y cómicos errores de concepto, errores que, por requerir para su detección un grado de conocimiento inaccesible al público general (por ejemplo, sumas y restas), pasaron desapercibidos para la inmensa mayoría de los lectores, de modo que aquel sitio simulado fue tomado por todo el mundo como una página genuina, y mucho más amena y cómoda de leer que la oficial, lenta de cargar incluso en Teranet, y llena de dibujitos que se movían de un lado a otro.

Rociero Forhire decidió entonces subir la apuesta: dado que siempre se había acusado a Yolobalgo de confundir la velocidad con el tocino, creó una sección completa de artículos en los que, literalmente, implicaba el precio por kilo y el aporte calórico del tocino como factores en toda una serie de ecuaciones en las que también intervenía la relación entre la distancia recorrida y las unidades de tiempo.

No sólo llenó páginas de garabatos remedando ecuaciones; también escribió artículos sobre las aplicaciones prácticas (por ejemplo, la posibilidad de engordar a los cerdos a base de incrementar su masa acelerándolos a velocidades relativistas) de aquella nueva rama de la ciencia a la que se le ocurrió incluso dar un nuevo nombre: tocinética.

Talento inquieto, Rociero Forhire dejó de lado pronto aquel proyecto y se embarcó en una conspiración en red para socavar la autoridad en el planeta Decápolis a base de propagar bulos sobre los bugs de corrupción presentes en los androides policiales, que tuvo cierto éxito y le reportó el beneficio personal de la concesión de una beca por diez años en reposo en las instalaciones de tratamiento onírico de One Tálamo.

Tras esa larga temporada de descanso, y desterrado por ley o de facto de la mayor parte de los mil mundos, logró ser acogido como refugiado en el planeta Adena 5, del que un temperamento escéptico e hipercrítico como el suyo podía decir muchas cosas, pero al menos era un lugar acogedor y seguro donde se dejaba a todo el mundo decir sus tonterías, incluso a los temperamentos escépticos e hipercríticos.

Pero, ay, las conexiones a Teranet en aquel lugar bucólico y ecológico estaban severamente limitadas, porque se pensaba que las emisiones de hiperonda wifi podía interferir con la Eterna Meditación de la mente comunal gaiana del planeta, mente cuya existencia distaba mucho de haber sido demostrada, pero cuya doctrina los activistas gaianos habían logrado que fuera impartida, por imperativo legal, en condiciones de igualdad con otras teorías científicas que intentaban explicar el fenómeno de la vida, tales como el Neodarwinismo Postsintético y el Moldeo Inteligente de la Sagrada Arcilla.

Aburrido tras un cierto tiempo de las únicas actividades a su alcance, pasear entre los bosques en armonía con los insectos y tocar canciones protesta de cien siglos antes en una guitarra biodegradable en la playa nudista ante una hoguera pobre en emiones de dióxido de carbono, Rociero Forhire empezó a indagar la forma en que podría autorizársele una de las pocas conexiones a Teranet permitidas en aquel planeta.

La opción más evidente era la Universidad Igualitaria Unitaria Natural Alternativa "Timothy Treadwell" de Adena Prime, la capital. Si lograba un puesto, aunque fuera secundario, en alguno de sus departamentos, podría volver a la única actividad que le hacía sentir vivo: sentarse en un sillón horas y horas moviendo sólo las partes del cuerpo estrictamente necesarias para aporrerar un teclado y comer ganchitos.

Pero, ay, no era tan fácil. No pasó las pruebas físicas exigidas para matricularse como alumno (tenía una baja tolerancia al hachís, y no logró hacer desarrollar a su pelo fino y débil la longitud mínima contemplada en los códigos de vestuario), y no había ninguna oferta de empleo para personal de administración y servicios en aquel planeta donde el índice de paro superaba el listón de 800.000 porelcambios en la Escala González-Solchaga de entumecimiento económico.

¿Qué hubiera hecho si no hubiera visto un retrato de doce metros por seis de Porki Yolobalgo colgado en el atrio de la Facultad de Multiculturalidad Comparada? En aquel momento concibió su idea.

No le fue muy difícil demostrar que él había tenido su parte en la creación de la para entonces ampliamente aceptada Ciencia Alternativa de la Tocinética, debido entre otras cosas a su uso profuso de anagramas y mensajes secretos encriptados por el método Cabalístico Brown-Benítez adjudicándose la autoría en todos los textos de su pagina tocinética original, que ahora era un texto en Teranet algo superado, pero clásico y de referencia obligada para todos los estudiosos de aquella disciplina.

Una disciplina que, además, disfrutaba de amplios apoyos en aquel planeta donde se tendía a tachar a todas las ciencias oficiales de "frías" y "materialistas". La tocinética aunaba la fuerza argumentativa de todas las disciplinas basadas en las matemáticas con una profunda imbricación con la vida (sobre todo la porcina).

Así, el profesor Rociero Forhire ostenta la Cátedra de Tocinética Relativista en la UIUNA "Timothy Treadwell" de Adena Prime. Sus clases son famosas en todo el planeta por su amenidad, que consigue por lo general hablando de cualquier cosa menos del temario. Ha dirigido sus investigaciones de Tocinética Relativista hacia el enigma del origen del Universo, con espectaculares resultados: no es que haya desarrollado ninguna teoría mínimamente útil, pero, tras una larga batalla judicial y política, su asignatura, por imperativo legal, disfruta del mismo trato en currículos académicos, libros de texto y documentales de la 2 que las otras dos grandes opciones de la Teoría Cosmología: el Modelo del Big Bang Inflacio/Inmobiliario y la Teoría del Petardo Inteligente.

Sin duda para un humorista como Rociero Forhire debe ser la broma perfecta. Es chocante, por ello, ver que su retrato de doce metros por seis que cuelga a la diestra del de Porki Yolobalgo, considerado el padre de la nueva ciencia, exhibe una expresión tan seria y reservada.